Un pantalón por un litro de leche

Por: Melisa Paporello, Alba Saracio y Salomé Sencar (Diario Santa Fe)

Crónica de cómo sortear la crisis económica a través de una convocatoria de mujeres por Facebook de la que ya participan más de 7000 vecinos y vecinas de la ciudad.  Una triste postal que recuerda uno de los peores años de la Argentina: el 2001.

Inter-CAMBIEMOS
Un pantalón por un litro de leche es el ejemplo de uno de los tantos intercambios que se dan todas las semanas en el sur de la ciudad. Casos como estos se repiten a miles y nos invitan a pensar por qué hoy -en 2018- vuelve a tener vigencia el mano a mano, sin dinero de por medio, como una de las formas de intercambio más viejas del mundo: el trueque.Cubrir las necesidades básicas de alimentación de las familias que participan es el principal objetivo de Todas Juntas canjeamos por mercadería (Estación Mitre), el grupo cerrado de Facebook que seis mujeres decidieron abrir en febrero de este año con el fin de hacer frente a la crisis económica argentina.Organización social con reglas claras es la clave del éxito de esta iniciativa donde todos los lunes y jueves, santafesinos/as de la ciudad y alrededores se dan cita en la vieja estación de tren para concretar el canje de mercadería. El arreglo se realiza previamente, por la red social y se concreta en estos encuentros periódicos. Los principales intercambios se dan por comida. La falta de trabajo y el alto costo de los alimentos empujan a miles de santafesinos a buscar alternativas para poder llevar el pan a su casa.“No teníamos idea que iba a convertirse en algo tan grande”, confiesa sorprendida Antonela, una de las organizadoras que con tan solo 25 años se ocupa junto a sus compañeras de administrar  el grupo de Facebook del que comenzaron participando 150 personas y que en 4 meses se incrementó a más 7800.


¿El Espejo del 2001?
La historia reciente Argentina tiene sobrados ejemplos de la práctica de canje de mercadería, producto de diferentes crisis económicas y sociales que ha atravesado el país. No se puede olvidar el club del truque creado en 1995, en pleno modelo neoliberal, en el que a cambio de adquirir alimentos o vestimenta, se ofrecían variados servicios: desde albañiles o electricistas hasta médicos, odontólogos o arquitectos.Este caso concreto se replicó a lo largo y ancho del país, para profundizarse aún más a fines de 2001, año marcado a fuego en la historia de las familias argentinas. Crisis económica y política que se tradujo en más del 50% de los argentinos bajo la línea de pobreza y 39 muertos producto de una brutal represión por parte del gobierno de Fernando De La Rúa. Luego vino el helicóptero, los 5 presidentes en 11 días y con todo ese desastre la necesidad de reconstruir una Argentina hecha pedazos.Generación de empleo, desarrollo del mercado interno y un Estado presente fueron las características que identificaron al modelo kirchnerista iniciado en 2003 con Néstor Kirchner a la cabeza y continuado hasta diciembre de 2015 por Cristina Fernández. Un modelo de país que permitió mediante la generación de consumo reconstruir parte del tejido social destruido en la década anterior.En esta etapa en que la inversión social y la reactivación del mercado interno fueron eje, con ello los trueques disminuyeron notablemente y también la pobreza. Recordar las declaraciones de Juan Carr de Red Solidaria que allí por 2013 confirmó que el país estaba “cerca de lograr al hambre cero” es uno de los tantos ejemplos del proceso económico y social de esa época.No existe ningún estudio que asegure que desde que gobierna Mauricio Macri la pobreza haya disminuido, sino todo lo contrario: desde UCA hasta CIFRA coinciden que desde diciembre de 2015 la pobreza ha ido en aumento y no parece bajar.Un Estado cada vez más ausente, la suba de precios de los productos y servicios básicos, la caída en la demanda de empleo, la inflación por las nubes y un dólar incontrolable son los principales generadores de estas tristes cifras que complican la vida cotidiana de millones de familias argentinas. En este marco, se explica de alguna manera el resurgimiento del trueque como forma de subsistencia de las clases más desprotegidas en la que Santa Fe está siendo una caja de resonancia.“Hoy se nota mucho la carencia de la gente, por eso hay tanta concurrencia”, asegura Antonela al mirar el predio de la ex estación Mitre llena de gente, al tiempo que nos cuenta que la mayoría de las mujeres que asisten cobran la AUH “y hoy esa plata no alcanza para nada”.


Todas juntas
Históricamente las mujeres han sido quienes ganaron la calle ante una situación de injusticia o crisis. Es así que en los 70 Madres y Abuelas de Plaza de Mayo se organizaron para salir a reclamar por sus hijos que estaban desaparecidos en manos de la dictadura cívico-militar.En la década del 90, se estima que el 75% de las que salieron a protestar ante un modelo de hambre creciente fueron mujeres, sin olvidarnos de Norma Plá que se convirtió en la abanderada de los derechos de los jubilados al enfrentarse sin titubeos al entonces ministro de economía Domingo Cavallo.Tampoco podemos olvidar a aquellas heroínas anónimas que todos los días cargan sobre su espalda la responsabilidad de llevar adelante una copa de leche o ropero solidario en su barrio. La creación del grupo Todas Juntas nos invita a reflexionar sobre el rol de la mujer ante una cruda realidad en la que ellas son las principales perjudicadas.Es importante pensar, en este contexto, el concepto de feminización de la pobreza que explica por qué en tiempos de desempleo y ajuste el género femenino es el más vulnerado. Como dice la economista feminista Mercedes D´Alessandro “la cuestión de la igualdad del salario atraviesa clases sociales y diversidad de empleos para llegar a una conclusión contundente: las mujeres ganan menos que los hombres, son más pobres y, además, la sociedad las hace responsables de una cantidad de tareas no rentadas que las alejan de la posibilidad de crecer profesionalmente”.En 2018 y más precisamente en Santa Fe, se puede asegurar que la iniciativa para llevar adelante un trueque responde también a ese devenir histórico de la mujer como símbolo de entereza ante las adversidades, algunas autoras especializadas en género lo llaman feminización de la resistencia como la fuerza colectiva o el empoderamiento de la mujer a través de la organización popular.

Alegría y solidaridad
La bandera de la felicidad se eleva cada día en que se lleva adelante el trueque. Sólo basta con caminar y observar unos minutos a esas personas que se acercan cargadas de bolsas y cajas, muchas veces acompañadas de sus hijos, para darse cuenta que la adversidad se sobrelleva mejor si hay una sonrisa para regalar.“Hay mamás que vienen y te dicen: cociné con lo que canjee o este plato de comida que tuve hoy es gracias a ustedes. Eso nos alegra mucho”, cuenta emocionada Melina al relatar una de las tantas experiencias que le deja ser una de las fundadoras del trueque Todas Juntas.Claro está que este “boom solidario” que existe es causal de una demanda creciente de necesidades primarias insatisfechas y que de alguna manera actúa como aliciente  para enfrentar una realidad que está siendo cada día más cruda, producto de decisiones políticas que apuntan a soltarle las manos a quienes más lo necesitan.Con el FMI dictándonos cómo se debe gobernar Argentina el futuro suele ser poco alentador. Sin embargo, la lucha y organización de un amplio arco político opositor, organizaciones sociales y gremios pueden permitir vislumbrar un mejor porvenir para todos, con la sucesión en 2019 de un gobierno que lleve adelante políticas públicas concretas con inclusión social, destinado a los sectores de la sociedad más olvidados.Hoy estas seis mujeres están diciendo mucho, Todas Juntas es un gran ejemplo de cómo salir adelante a través de la organización, el trabajo colectivo y el amor por el otro. En tiempos de bolsillos flacos, persianas bajas y tristeza generalizada es bueno tener presente lo que dijo alguna vez el enorme pedagogo Paulo Freire “Nadie se salva solo, nadie salva a nadie, todos nos salvamos en comunidad”. De todos nosotros y nosotras depende.