El Rock en la Argentina: Historia y Censura

Por: Guillermo Pez

La dictadura militar en Argentina: 24 de mayo de 1976 – 10 de diciembre de 1083, trajo persecución y silencio: el silencio de la música…


Si las fechas históricas suelen ser discutidas, nadie se atreverá a negar que el 23 de junio de 1967, con la edición del simple de LOS GATOS con La Balsa / Ayer Nomás, surge de una vez por todas el llamado Rock Nacional.
Hubo artistas y grupos precursores tales como Sandro y los de Fuego, Los Beatniks; sin embargo, LOS GATOS realmente logran darle un status de popularidad destacable y demostraron que se podía cantar en castellano (el simple La Balsa / Ayer Nomás vendió más de 200.000 copias, una cifra impresionante para la época y tuvo unas 20 versiones de distintos intérpretes a lo largo del tiempo, convirtiéndose en un verdadero himno del Rock Argentino).

¿Qué opinaba Litto ante el éxito de "La Balsa"? "Nosotros no hicimos la canción para los hippies ni beatniks ni nada: somos músicos. Por ejemplo los Shakers son muy buenos músicos, tal vez mejores que nosotros. Pero la ventaja que tienen Los Gatos es la de cantar en castellano y que las letras no pretenden ser deliberadamente intelectuales. Son, en cambio, frescas y simples, hablan de cosas de todos los días sin caer en la chabacanería de cierta ola que alguna vez inundó la música de los argentinos".

¿Cómo llegó a “prender” el rock and roll en nuestro país? Uno de los factores fundamentales fue su lejanía de los principales epicentros de la movida (Gran Bretaña y los Estados Unidos). Dicha lejanía impidió que Argentina quedara dentro de los recorridos de los grandes grupos de rock de mediados de la década del '60. Por supuesto, The Beatles ni asomaron por América del Sur, pero lo mismo sucedió con The Rolling Stones, The Who, The Animals, The Kinks y la mayoría de los grupos británicos de relieve.
Entre 1964 y 1973, cuando llegó al país Santana, sólo habían arribado a nuestro suelo agrupaciones menores y de escasa trascendencia a nivel mundial como The Herman's Hermits, The Tremeloes y The Foundations.
Esta ausencia, que era sentida con dolor por los jóvenes músicos argentinos, sin embargo les resultó beneficiosa. Los obligó a crear su propio lenguaje, sus propios ritmos, sin sentirse apabullados por el despliegue de los conjuntos anglosajones que dominaban la escena.
A pesar de esta revolución generada por las sensacionales ventas del simple de LOS GATOS, la difusión a nivel radial era escasa y prácticamente nula. Con el país sumergido en una dictadura (que jaqueó durante medio siglo la vida del país), el Rock era mal visto y víctima de prejuicios y censura. Sus orígenes anglosajones y el look de los jóvenes (pelilargos y con vestimentas “raras” para la época) hicieron que no obtuvieran lugares en las estaciones radiales. Paradójicamente, el Rock comenzaba a sufrir idéntica marginación que el Tango a comienzos de la década del '20.

Por ejemplo, en 1970 (durante el gobierno de facto de Roberto Marcelo Levingston) ya estaba prohibido el tema “Apremios ilegales”, de Pedro y Pablo, y por eso sólo aparece en la primera edición de su debut discográfico. Además, el título original de "La quimera del confort" era "Estamos enterrados hasta las patas". Más tarde, "Catalina Bahía" no sale en simple por considerarse una canción pornográfica (!).


"Apremios ilegales, abusos criminales,
tu condición humana violada a placer.
Los perros homicidas mordiendo tus heridas, y el puñetazo cruel que amorata la piel.

Apremios ilegales, enjuagues cerebrales,
mecánica moderna de martirizar,
picana en los testigos, muriendo de alaridos, 'por más que grites fuerte no van a escuchar'.

¡Socorro! ¿Hasta cuándo todos disimularán lo que saben y prefieren callar?

Apremios ilegales, dolores genitales,
pistolas y cuchillos por toda tu piel.
La lámpara en los ojos y los ojos rojos,
y el grito de loco que rompe la voz.

¡Socorro! ¿Hasta cuándo la tortura criminal?
¡Reventados emisarios del mal!

Si hay alguien torturando, a mí me tortura,
a mí me torturan y yo estoy aquí, ¡socorro!”


“Catalina Bahía”


“Catalina tenía la rutina
Del eterno crepúsculo en la piel
Su comarca de sexo en una esquina
Sus hectáreas de pecho en un vaivén
Catalina sabía el argumento
De la sábana rota por amor
Me soplaba la letra con su aliento
Y nos iba surgiendo esta canción
Labio sobre labio, sobre labio
Y la península mía
Beso contra beso, contra beso
Y tu bahía
Cuando se hacen las dos de la mañana
Cuando se hacen las cuatro del amor
Sus pupilas se hamacan porcelana
En ojeras de rímel y carbón
Catalina de fuego y nicotina
Esperando volver a comenzar
Bocanada profunda que ilumina
La mirada marrón de par en par
Labio sobre labio, sobre labio
Y la península mía
Beso contra beso, contra beso
Y tu bahía
La mirada en el techo de los días
La ceniza en el suelo del pudor
Y su nombre arrugado en una silla
Su apellido tendido del balcón
Encendé la fogata que combina
Mi melena, la tuya y la del sol
Un retrato de fuego, Catalina
Con rutina de lento caracol
Labio sobre labio, sobre labio
Y la península mía
En tu bahía”


En 1972 (durante el gobierno de facto de Alejandro Agustín Lanusse), Pedro y Pablo tuvieron un problema de censura a raíz del tema que se presentó en el Festival de la Canción Argentina para el Mundo. Al no admitir canciones de protesta (que en sí ya es un término ambiguo... dónde empieza y termina el género de "la canción de protesta"?), no pudo participar "En este mismo instante" (que por esa prohibición la grabadora no se animó a editarlo, y que recién verá la luz 10 años después). Entonces presentaron "Catalina Bahía", una bella canción de amor que fue tildada de "pornográfica", aunque seguramente fue temor a admitir el estribillo "labio sobre labio, y la península mía; beso contra beso, y tu bahía...". Finalmente compusieron Pueblo nuestro que estás en la tierra, que sólo se editó como simple, con el dúo en la tapa, fotografiados frente al Cabildo un día lluvioso. Ese tema recién llega al LP muchos años más tarde, al integrar un disco grabado en vivo durante giras por el país. Este tema también fue censurado y tuvo prohibida su difusión.



"Pueblo nuestro que estás en la tierra,

disimulada siempre tu voz,
venga a nos tu reino; venga a nos, pueblo, venga a nos.,

Hágase tu voluntad así en la igualdad como en la libertad,
el pan nuestro de cada barriga cóbratelo hoy,
cóbrale a tus deudores, los explotadores del pan popular
no te dejes violar por la injusticia social,
más líbranos del temor reverencial.

Pueblo nuestro que estás en la tierra,
sacrificándote bajo el sol,
venga a nos el tu reino; venga a nos, pueblo, venga a nos.

Hágase tu voluntad así en la oración como en la rebelión,
pueblo de cada día, millones de vidas unidas de pie,
repitiendo la frase a grito y mensaje, garganta y pared,:
'El pueblo quiere saber de qué se trata esta vez',
no se lo puede engañar, quiere cambiar.

Dios, no lo dejes caer; Dios, no lo dejes estar,
mas líbralo de perder su libertad,
'El pueblo quiere saber de qué se trata esta vez',
no se le puede mentir, quiere elegir".

En esta época, 1972, actúa la censura, prohibiendo explícitamente la difusión de temas como "Llegó el cambio" de Arco Iris, "Me gusta ese tajo" de Pescado Rabioso, "Sobre la confusión" de Roque Narvaja, y se alegó que "había sonidos eróticos previos a una marcha militar". Lo curioso es que en este año empiezan a aumentar los espacios radiales de rock en emisoras oficiales. Radio Municipal (con gente como Miguel Grinberg y ¡ngel del Guercio) tiene "El son progresivo", "La nueva música urbana", "Opus libre", "La joven música", "Rock en Buenos Aires", y "Melopea" (con Litto Nebbia). Y en televisión estaba el ciclo "Rock" en canal 11. Sin embargo, “gracias” a la censura reinante, no podía hablarse de un verdadero y libre espacio para la difusión del rock.

Si el panorama era bastante sombrío con la instauración de la sangrienta dictadura denominada Proceso de Reorganización Nacional, el 24 de marzo de 1976, el horizonte definitivamente se tiñó de oscuridad.
Para el nefasto nuevo régimen el Rock ejercía decididamente una “influencia perniciosa” para los jóvenes, y su amplio poder aglutinante era observado con desconfianza. Ese año la censura hizo notar todo su rigor. La película “Adiós Sui Generis”, filmada por Bebe Kamin durante el show despedida en el Luna Park del dúo en 1975, se estrenó con calificación de “prohibida para menores de 18 años”. También se dispuso la proscripción del film “Woodstock”, que había permanecido en cartelera durante más de cinco años.
Al año siguiente, la situación se tornó más rígida. En 1977 los adolescentes vieron restringidas sus salidas nocturnas ante la disposición que prohibió su permanencia en los locales de entretenimientos y pubs después de las 22 horas. A la merma de del público joven en las salas de espectáculos se sumaron dificultades propias del negocio: los sellos discográficos dejaron de apostar al rock como un emprendimiento rentable. Sólo los músicos de reconocida trayectoria pudieron acceder a la concreción de sus proyectos. Asimismo, las disposiciones económicas en el tipo de cambio provocaron el auge de la importación. Fue el período de la llamada “plata dulce”, que no sólo permitió el ingreso casi desmedido de innumerables bienes de consumo sino también el ingreso de la música “bailable” o “pasatista” que comenzó a inundar las programaciones radiales. De esta manera consiguieron masiva difusión cantantes como Palito Ortega, Juan Ramón, Silvana Di Lorenzo, Tormenta, el Dúo Pimpinella. También se produjo un llamativo ingreso de cantantes y grupos extranjeros que coparon las estaciones radiales e incluso llegaron a rodar películas en nuestro territorio (Camilo Sesto, Angela Carrasco, Los Parchís, Raffaella Carrá, Julio Iglesias…).
Un ejemplo de la cruda y cobarde censura que acostumbraban a implementar los militares para con los artistas se produjo en marzo de 1980. En esa fecha León Greco actúa gratis en Luján para ayudar a los estudiantes a juntar dinero para publicar solicitadas pudiendo re-abrir la Universidad (cerrada por el Gobierno el 20 de diciembre). Volvió a cantar "La cultura es la sonrisa". Días después tocan el timbre de su casa a las 7 de la mañana. Lo llevan ante un Alto Funcionario Militar, quien le dice que deje de cantar la canción que menciona que se cierran facultades. Ante el primer "pero" de León, el hombre le recuerda que tiene una esposa y una hija, y que si no está de acuerdo con el pedido, que se vaya del país. De ahí en más, León anula la última estrofa del tema.

"La cultura es la sonrisa que brilla en todos lados;
en un libro, en un niño, en un cine o en un teatro.
Sólo tengo que invitarla para que venga a cantar un rato.
Ay, ay, ay, que se va la vida, mas la cultura se queda aquí.

La cultura es la sonrisa para todas las edades,
puede estar en una madre, en un amigo o en una flor,
o quizás se refugie en las manos duras de un trabajador.
Ay, ay, ay, que se va la vida, mas la cultura se queda aquí.

La cultura es la sonrisa con fuerzas milenarias
ella espera malherida, prohibida o sepultada
a que venga el señor tiempo y le ilumine otra vez el alma.
Ay, ay, ay, que se va la vida, mas la cultura se queda aquí.

La cultura es la sonrisa que acaricia la canción
y se alegra todo el pueblo, quien le puede decir que no.
Solamente alguien que quiera que tengamos triste el corazón.
Ay, ay, ay, que se va la vida, mas la cultura se queda aquí.

Sólo llora en un país donde no la pueden elegir,
sólo llora su tristeza si su Ministro cierra una escuela.
Llora por los que pagan con el destierro o mueren por ella.
Ay, ay, ay, que se va la vida, mas la cultura se queda aquí".


Parte del Material fue extraído de:

-“Historia del Rock” – Diario La Nación – 1993 – Textos de Hugo Mario Ruiz.

-“Diccionario del Rock Nacional” – Musimundo – 2005 – Autores Varios.

-“Historia del Rock en Argentina” – Portal www.rock.com.ar - de Marcelo Fernández Bitar.