Las experiencias de autogestión plantean una lógica distinta y antagónica a la lógica del marco de las direccionalidades históricas que las políticas habitacionales en nuestro país han tenido, la cual es la lógica de la ganancia, de la transferencia de los recursos del Estado a las empresas.
Políticas predominantes de vivienda que no sólo subsidian a las empresas, que no sólo arrojan viviendas al mercado, sino que dejan a personas a su merced, personas que no tienen más opción que mal vender sus viviendas. Políticas que nada tienen que ver con una necesidad real y se comprueba desde los requisitos de acceso a las “viviendas”, a los resultados que las mismas han tenido.
Emprender un camino de trabajo desde este espacio requiere reflexionar qué calidad de vivienda, qué calidad urbana, qué calidad de relaciones queremos, qué hábitat construyen los compañeros en Buenos Aires y en Uruguay, y qué calidad han construido las políticas públicas. Pensar qué dan las cooperativas a la ciudad, al barrio, a todos y que está dando y qué dio en este sentido el mercado y sus lógicas que sólo buscan cuanto más puede dar un lote.
Hablamos de autogestión de las organizaciones sociales, no desde una mera instancia intermedia de transferencia desde el Estado hacia las empresas, no desde entidades transitorias, sino como sujeto central participativo de todo un proceso con base cierta no formal en la cooperativa, que confluye en la consecuente capacidad de administración de los recursos y ejecución autogestionaria de los proyectos. Son las organizaciones las que definen un modelo de ejecución – producción desde las lógicas solidarias para construir hábitat, es la cooperativa como modo de vida con remuneraciones dignas para trabajadores, fuera de la lógica de los subsidios.
Debemos avanzar en el proceso legislativo en Santa Fe a partir de pensar la construcción del hábitat como la construcción de “centralidad” y derecho a la ciudad, potenciando la construcción de las organizaciones a partir de las necesidades y proyecciones que de ellas surjan y no a partir de las opciones y condiciones posibles de acceso, uso y disfrute de la ciudad determinadas por el mercado especulativo.
La propuesta de las cooperativas autogestionarias es un proyecto de integralidad donde vivienda, educación, salud, cultura son inseparables, y esto es ir mucho más allá de la vivienda, esto empieza en la vivienda. Construyendo el derecho a vivir, el derecho a la ciudad, es la manera de no naturalizar las condiciones de vida, los planes de vivienda y la falsa seguridad de la propiedad privada.
La experiencia de las cooperativas autogestionarias no está instalada en Santa Fe y nuestra participación implica un proceso de formación en estos caminos organizativos y en qué significa la propiedad colectiva. Requiere que los que estamos interesados en participar - tanto organizaciones como espacios de gobierno - nos formemos con todo lo que ello involucra, no sólo conocer las experiencias sino también realizar el camino cooperativo autogestionario. Autogestión es relación genuina entre organizaciones y Estado y el proceso que nos demos también tiene que formarnos para esto, y es por eso que debemos entender el trabajo que nos demos como un proceso.
Debemos aportar tanto desde el territorio, las organizaciones y los ámbitos legislativos aquellos instrumentos y herramientas necesarios para dicho proceso. En este sentido es fundamental pensar una experiencia piloto que potencie el proceso legislativo.
Hablar de autogestión es hablar de propiedad colectiva como concepción y como expresión que tiene su par en la concepción de hábitat y no en la vivienda. Propiedad colectiva y propiedad privada como concepción de que es la vivienda y que es el hábitat, pensar cuales son los espacios y modelos de ejecución que una y otra permite.
Es importante preguntarnos si queremos el involucramiento en el proceso cooperativo de construcción de hábitat y ciudad de aquéllas historias de transformación que ganaron las posibilidades de poseer las tierras y la ciudad más disputada y “valorizada” del país.
ANTECEDENTES.
Ante la primera reunión, retomando el contenido del Seminario “Hacia Políticas Integrales de Autogestión de Hábitat”, consideramos que las experiencias de las organizaciones MOI y FUCVAM deben ser tomadas como antecedentes para el trabajo en pos de un marco normativo autogestionario. Esto se esgrime en la necesidad de no iniciar este camino de trabajo en la temática desde un punto cero, cuando podemos nutrirlo de décadas de una rica experiencia de organizaciones con sus aciertos y desaciertos.
FUCVAM:
La Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua cuenta con un desarrollo de cooperativas autogestionarias de hábitat y vivienda de 40 años con más de 25.000 familias cooperativistas en todo el país.
MOI:
Movimiento de Ocupantes e Inquilinos, organización que en la actualidad se constituyó como Federación MOI, cuenta con 20 años de historia de experiencia autogestionaria en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
La experiencia de las cooperativas autogestionarias va mucho más allá de la respuesta material a la necesidad de vivienda, se plantea una construcción integral donde salud, educación, vivienda y cultura son inseparables. Actualmente son tres las áreas de trabajo en el MOI, las cuales en la actualidad contemplan diversos proyectos. Área salud, área educación y área comunicación.
LEY DE VIVIENDA Nº 341 DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES
En el año 2000, después de un proceso de trabajo legislativo junto a otras organizaciones, se impulsa la Ley Nº 341 de financiamiento a organizaciones para la construcción de viviendas.
El proceso de elaboración e implementación de la ley 341 se ubica en un marco y contexto particular.
• En ciudad de Buenos Aires se cuenta con el artículo 31 de la Constitución, el cual puede considerarse un paso hacia la especificidad en la temática particular de la vivienda con respecto a la Constitución Nacional. Incorpora ejes específicos que contemplan la situación de regularización de locaciones encubiertas reconocidas como “Hoteles”, la radicación dentro de las reivindicaciones por parte del movimiento villero e impulso a planes autogestionarios, entre otros.
• Programa de emergencia habitacional Nº 525, el cual contempla préstamos individuales.
• A nivel nacional el INAES posibilita la transferencia en propiedad o transferencia en uso.
• Desde Uruguay FUCVAM es antecedente clave en propuestas políticas autogestionarias tanto desde los aprendizajes en sus 40 años de experiencia cooperativas autogestionarias como en la Ley Nacional de Vivienda uruguaya la cual en uno de sus capítulos contempla la política autogestionaria a partir del modelo de cooperativas de usuarios bajo propiedad colectiva o comunitaria.
En Santa Fe, junto al MOI en su etapa de nacionalización, La Búsqueda, y GriTTe, estamos desarrollando un proceso de convergencia y pertenencias, transitando hoy el trabajo para un marco provincial de Autogestión en la Producción Social del Hábitat, para ello venimos realizando el Taller Autogestión y Derecho a la Ciudad, en distintos ámbitos y organizaciones sociales.
Políticas predominantes de vivienda que no sólo subsidian a las empresas, que no sólo arrojan viviendas al mercado, sino que dejan a personas a su merced, personas que no tienen más opción que mal vender sus viviendas. Políticas que nada tienen que ver con una necesidad real y se comprueba desde los requisitos de acceso a las “viviendas”, a los resultados que las mismas han tenido.
Emprender un camino de trabajo desde este espacio requiere reflexionar qué calidad de vivienda, qué calidad urbana, qué calidad de relaciones queremos, qué hábitat construyen los compañeros en Buenos Aires y en Uruguay, y qué calidad han construido las políticas públicas. Pensar qué dan las cooperativas a la ciudad, al barrio, a todos y que está dando y qué dio en este sentido el mercado y sus lógicas que sólo buscan cuanto más puede dar un lote.
Hablamos de autogestión de las organizaciones sociales, no desde una mera instancia intermedia de transferencia desde el Estado hacia las empresas, no desde entidades transitorias, sino como sujeto central participativo de todo un proceso con base cierta no formal en la cooperativa, que confluye en la consecuente capacidad de administración de los recursos y ejecución autogestionaria de los proyectos. Son las organizaciones las que definen un modelo de ejecución – producción desde las lógicas solidarias para construir hábitat, es la cooperativa como modo de vida con remuneraciones dignas para trabajadores, fuera de la lógica de los subsidios.
Debemos avanzar en el proceso legislativo en Santa Fe a partir de pensar la construcción del hábitat como la construcción de “centralidad” y derecho a la ciudad, potenciando la construcción de las organizaciones a partir de las necesidades y proyecciones que de ellas surjan y no a partir de las opciones y condiciones posibles de acceso, uso y disfrute de la ciudad determinadas por el mercado especulativo.
La propuesta de las cooperativas autogestionarias es un proyecto de integralidad donde vivienda, educación, salud, cultura son inseparables, y esto es ir mucho más allá de la vivienda, esto empieza en la vivienda. Construyendo el derecho a vivir, el derecho a la ciudad, es la manera de no naturalizar las condiciones de vida, los planes de vivienda y la falsa seguridad de la propiedad privada.
La experiencia de las cooperativas autogestionarias no está instalada en Santa Fe y nuestra participación implica un proceso de formación en estos caminos organizativos y en qué significa la propiedad colectiva. Requiere que los que estamos interesados en participar - tanto organizaciones como espacios de gobierno - nos formemos con todo lo que ello involucra, no sólo conocer las experiencias sino también realizar el camino cooperativo autogestionario. Autogestión es relación genuina entre organizaciones y Estado y el proceso que nos demos también tiene que formarnos para esto, y es por eso que debemos entender el trabajo que nos demos como un proceso.
Debemos aportar tanto desde el territorio, las organizaciones y los ámbitos legislativos aquellos instrumentos y herramientas necesarios para dicho proceso. En este sentido es fundamental pensar una experiencia piloto que potencie el proceso legislativo.
Hablar de autogestión es hablar de propiedad colectiva como concepción y como expresión que tiene su par en la concepción de hábitat y no en la vivienda. Propiedad colectiva y propiedad privada como concepción de que es la vivienda y que es el hábitat, pensar cuales son los espacios y modelos de ejecución que una y otra permite.
Es importante preguntarnos si queremos el involucramiento en el proceso cooperativo de construcción de hábitat y ciudad de aquéllas historias de transformación que ganaron las posibilidades de poseer las tierras y la ciudad más disputada y “valorizada” del país.
ANTECEDENTES.
Ante la primera reunión, retomando el contenido del Seminario “Hacia Políticas Integrales de Autogestión de Hábitat”, consideramos que las experiencias de las organizaciones MOI y FUCVAM deben ser tomadas como antecedentes para el trabajo en pos de un marco normativo autogestionario. Esto se esgrime en la necesidad de no iniciar este camino de trabajo en la temática desde un punto cero, cuando podemos nutrirlo de décadas de una rica experiencia de organizaciones con sus aciertos y desaciertos.
FUCVAM:
La Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua cuenta con un desarrollo de cooperativas autogestionarias de hábitat y vivienda de 40 años con más de 25.000 familias cooperativistas en todo el país.
MOI:
Movimiento de Ocupantes e Inquilinos, organización que en la actualidad se constituyó como Federación MOI, cuenta con 20 años de historia de experiencia autogestionaria en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
La experiencia de las cooperativas autogestionarias va mucho más allá de la respuesta material a la necesidad de vivienda, se plantea una construcción integral donde salud, educación, vivienda y cultura son inseparables. Actualmente son tres las áreas de trabajo en el MOI, las cuales en la actualidad contemplan diversos proyectos. Área salud, área educación y área comunicación.
LEY DE VIVIENDA Nº 341 DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES
En el año 2000, después de un proceso de trabajo legislativo junto a otras organizaciones, se impulsa la Ley Nº 341 de financiamiento a organizaciones para la construcción de viviendas.
El proceso de elaboración e implementación de la ley 341 se ubica en un marco y contexto particular.
• En ciudad de Buenos Aires se cuenta con el artículo 31 de la Constitución, el cual puede considerarse un paso hacia la especificidad en la temática particular de la vivienda con respecto a la Constitución Nacional. Incorpora ejes específicos que contemplan la situación de regularización de locaciones encubiertas reconocidas como “Hoteles”, la radicación dentro de las reivindicaciones por parte del movimiento villero e impulso a planes autogestionarios, entre otros.
• Programa de emergencia habitacional Nº 525, el cual contempla préstamos individuales.
• A nivel nacional el INAES posibilita la transferencia en propiedad o transferencia en uso.
• Desde Uruguay FUCVAM es antecedente clave en propuestas políticas autogestionarias tanto desde los aprendizajes en sus 40 años de experiencia cooperativas autogestionarias como en la Ley Nacional de Vivienda uruguaya la cual en uno de sus capítulos contempla la política autogestionaria a partir del modelo de cooperativas de usuarios bajo propiedad colectiva o comunitaria.
En Santa Fe, junto al MOI en su etapa de nacionalización, La Búsqueda, y GriTTe, estamos desarrollando un proceso de convergencia y pertenencias, transitando hoy el trabajo para un marco provincial de Autogestión en la Producción Social del Hábitat, para ello venimos realizando el Taller Autogestión y Derecho a la Ciudad, en distintos ámbitos y organizaciones sociales.