Entrevista a Cristina Moreaux
Cristina Moreaux es la Directora de la Revista La Búsqueda, revista que obtuvo la Mención Internacional del VI Certamen de Iniciativa Solidaria 2011, Madrid, España.
¿Cómo surge La Búsqueda? ¿En qué contexto?
La iniciativa surge en el año 2002, cuando se vive en la Argentina las consecuencias de la crisis económica del 2001; en el Gran Santa Fe (la ciudad y sus poblaciones aledañas) viven alrededor de 480.000 personas; alrededor de 125.000 son menores de edad, de ellos, más de la mitad son pobres, y más del 32% son indigentes. Esta situación se ve agravada por la inundación que padece la ciudad el 29 de Abril de 2003, por la irrupción del Río Salado por una defensa hídrica sin terminar. Los responsables aún no han recibido castigo. Más de la mitad de los niños y jóvenes de un conglomerado que son pobres significa que más de la mitad del sector de la población que más protegido debería estar, ve vulnerados sus derechos elementales: a la educación, a la salud, a la seguridad, a la cultura, a expresar su opinión, a desarrollarse integralmente. Más de la mitad quiere decir que la mayor parte (no un sector pequeño: la mayoría) de los niños y jóvenes viven en los llamados “barrios marginales”, esos barrios fueron los más vulnerados por la inundación y el abandono de esa población por parte de las autoridades que hacia muchos años que se turnaban en el poder Municipal, Provincial y Judicial de Santa fe.
Decís que La Búsqueda es la revista de los pibes, que en su mayoría son o fueron niños de la calle. ¿De qué forma se implican en el proyecto?
Nuestra labor se basa en tres pilares: la comunicación comunitaria, la pedagogía popular y la economía social. Esto implica pensar otro tipo de comunicación que democratice la palabra y la participación, monopolizada por los grandes medios de comunicación; pensar en otra educación que no sea estigmatizadora y expulsora de los niños y jóvenes del sistema escolar; y en una economía social que rompa con la lógica perversa del sistema económico que expulsa a los sectores empobrecidos a la vez que explota su fuerza de trabajo.
Sí, coincido con la conclusión ya que es una vida digna la vida que se vive cuando el Estado garantiza el cumplimiento de los Derechos, y precisamente la pobreza tiene su origen en el no cumplimento por parte de los funcionarios que en ese momento son Estado con sus deberes como tales. La corrupción, la introducción de las políticas neoliberales que devastaron nuestro país y comprometieron el futuro de muchas generaciones de argentinos, la entrega por parte de los sindicalistas de las empresas argentinas, son parte responsable de la crisis del 2000.
El proyecto se fundó en 2004. ¿Ha sido largo el camino?
¿Qué diferencia La Búsqueda de otro tipo de revistas de comunicación social argentinas, como por ejemplo La Pulseada?
Cristina Moreaux es la Directora de la Revista La Búsqueda, revista que obtuvo la Mención Internacional del VI Certamen de Iniciativa Solidaria 2011, Madrid, España.
¿Cómo surge La Búsqueda? ¿En qué contexto?
La iniciativa surge en el año 2002, cuando se vive en la Argentina las consecuencias de la crisis económica del 2001; en el Gran Santa Fe (la ciudad y sus poblaciones aledañas) viven alrededor de 480.000 personas; alrededor de 125.000 son menores de edad, de ellos, más de la mitad son pobres, y más del 32% son indigentes. Esta situación se ve agravada por la inundación que padece la ciudad el 29 de Abril de 2003, por la irrupción del Río Salado por una defensa hídrica sin terminar. Los responsables aún no han recibido castigo. Más de la mitad de los niños y jóvenes de un conglomerado que son pobres significa que más de la mitad del sector de la población que más protegido debería estar, ve vulnerados sus derechos elementales: a la educación, a la salud, a la seguridad, a la cultura, a expresar su opinión, a desarrollarse integralmente. Más de la mitad quiere decir que la mayor parte (no un sector pequeño: la mayoría) de los niños y jóvenes viven en los llamados “barrios marginales”, esos barrios fueron los más vulnerados por la inundación y el abandono de esa población por parte de las autoridades que hacia muchos años que se turnaban en el poder Municipal, Provincial y Judicial de Santa fe.
Ashoka afirma que los emprendedores sociales son aquellos capaces de promover cambio social profundo y duradero. Como emprendedores sociales, ¿de qué manera contribuís a producir impacto social positivo en vuestro entorno?
El primer objetivo de esta revista fue que se escuche la voz de esos niños, que se escuchen sus historias. La criminalización de la pobreza era moneda corriente en esos momentos y en nuestra ciudad de Santa Fe. Los niños –entre 10 y 17 años- eran detenidos y llevados a las comisarías infringiendo los artículos de protección a la niñez. Cuando a través de algún otro pibe nos enterábamos de esa situación lo buscábamos en la comisaría donde permanecía entre adultos, como un preso común, y lo sacábamos. La denuncia sistemática de esos vejámenes así como leer las historias de vida de esos niños/adolescentes fue cambiando la visión de la sociedad sobre estos “niños en la calle”, -siempre me parece importante destacar esto de niños en la calle, porque se dice, normalmente, niños de la calle, pero las calles no han “parido” los niños; estos están en la calle por políticas de Estado que han dejado a sus padres sin trabajo-. El otro objetivo fue que la revista se convirtiera en una herramienta de trabajo y una fuente de ingresos que no sea la mendicidad.
Con el paso del tiempo podemos ver la transformación de la percepción de la sociedad sobre aquellos niños; la modificación de la propia percepción de aquellos que antes estaban estigmatizados; y el apoyo de la sociedad a aquellos que venden la revista, y trabajan en la misma. No podemos decir que hay unanimidad de criterios sobre nuestro trabajo, aún para una parte de la sociedad santafesina somos responsables por proteger a esos niños delincuentes. Quiero aclarar que el término de niño es absolutamente intencional y pedagógico ya que hay personas que no saben que según la Convención se es niño hasta los 18 años. Para la prensa, en la Argentina, si perteneces a clase media/ alta eres “niño”, si eres de clase baja, -quiero recordar que es la mayoría-, eres “menor”, es decir, el término usado para mencionarlos ya esta judicializado.
El conocimiento de estas situaciones de abusos, de violencias familiares, policiales y escolares, por parte de la sociedad, es la contribución de nuestra revista a la sociedad santafesina puesto que no hay medio hegemónico que denuncie estas realidades. Decís que La Búsqueda es la revista de los pibes, que en su mayoría son o fueron niños de la calle. ¿De qué forma se implican en el proyecto?
Nuestra labor se basa en tres pilares: la comunicación comunitaria, la pedagogía popular y la economía social. Esto implica pensar otro tipo de comunicación que democratice la palabra y la participación, monopolizada por los grandes medios de comunicación; pensar en otra educación que no sea estigmatizadora y expulsora de los niños y jóvenes del sistema escolar; y en una economía social que rompa con la lógica perversa del sistema económico que expulsa a los sectores empobrecidos a la vez que explota su fuerza de trabajo.
La Búsqueda nace como un proyecto gráfico comunicacional de autogestión, de la mano de un grupo de jóvenes en situación de pobreza, que con la ayuda de un grupo de adultos, crean una revista para expresarse y contar sus historias; que con el tiempo creció hasta constituirse en la ONG que es hoy, donde se desarrollan una serie de programas y actividades, tendientes a trabajar la autonomía a través de la formación, y sobre todo la expresión desde diferentes lenguajes (el arte, el deporte, etc.) que posibilita y democratiza la comunicación, pero también la expresión como la denuncia de las injusticias y plasma otra realidad; por esto se realizan talleres GRATUITOS, para personas con y sin discapacidad, relacionados a la comunicación y la expresión: fotografía, diseño gráfico, taller de periodismo, taller de artesanía, deporte, etc.; como también cursos de formación laborales y adiestramiento para el mundo del trabajo: imprenta, diseño gráfico, auxiliar en administración, computación.
En definitiva se implican en el Proyecto escribiendo, fotografiando, capacitándose en oficios, aún el de vendedor; e introducen en el mismo a sus familiares y amigos.
¿En qué situación se encuentran los jóvenes de Santa Fe? Amnistía Internacional afirma que la pobreza es la peor crisis de los Derechos Humanos. ¿Estáis de acuerdo?Sí, coincido con la conclusión ya que es una vida digna la vida que se vive cuando el Estado garantiza el cumplimiento de los Derechos, y precisamente la pobreza tiene su origen en el no cumplimento por parte de los funcionarios que en ese momento son Estado con sus deberes como tales. La corrupción, la introducción de las políticas neoliberales que devastaron nuestro país y comprometieron el futuro de muchas generaciones de argentinos, la entrega por parte de los sindicalistas de las empresas argentinas, son parte responsable de la crisis del 2000.
El proyecto se fundó en 2004. ¿Ha sido largo el camino?
La revista sale a la luz en Junio del 2004. El camino es largo, es la vida; nuevas formas de discriminación y exclusión aparecen. Trabajar a partir del respeto de los derechos, y entendiendo que el cumplimiento de estos comienza con la comunicación, que no es comunicado sino que va íntimamente ligado a una reflexión y a la expresión, que implica el vínculo con el otro pero también un encuentro con uno mismo requiere un constante trabajo, y eso hace que el camino sea largo y no se vislumbre la meta. Parece que hablamos de una Utopía, pero cuando pienso en eso pienso en la definición de Paulo Freire al respecto de esa palabra, para él Utopía es la palabra verdadera, la que anuncia un mundo mejor y denuncia las injusticias, por eso el camino es largo pero el compromiso lo hace pleno.
¿Qué diferencia La Búsqueda de otro tipo de revistas de comunicación social argentinas, como por ejemplo La Pulseada?
Con La Pulseada conformamos la red R.I.S.A.(Red de revista por la inclusión social en la Argentina) espacio que se define como red de emprendimientos sociales/editoriales de la calle. La diferencia con esa revista, y que nos convierte en un Proyecto único en la Argentina es que son los jóvenes quienes definen los contenidos, sacan las fotos, realizan las entrevistas, independientemente que los adultos que acompañamos el proceso, escribamos en la misma. Ninguno de los que participamos somos periodistas. Este Proyecto Autogestivo de Jóvenes por la inclusión social, es pensado desde la pedagogía de Paulo Freire, como el posicionamiento político y ético, desde donde nos paramos para ir al encuentro con el “otro”. Esa otredad que tiene una singularidad propia, una forma de expresarse, una “palabra” que muchas veces se les es negada. Comenzar a vincularnos, a reconocernos y nombrarnos son algunos de los objetivos de la educación popular y a la cual recuperamos como una forma de trabajo social con la comunidad, pero también como una forma de producción cultural, puesto que de ese encuentro y de ese trabajo conjunto y colectivo basado en el diálogo y la escucha, nacen y se construyen nuevas subjetividades y saberes culturales. Básicamente la diferencia con las otras revistas de venta social que hay en la Argentina es la metodología de trabajo, la revista no esta ni dirigida ni escrita por periodistas profesionales, dentro de la metodología de trabajo consideramos que es necesario fomentar estos espacios de confianza donde compartir experiencias y saberes populares y donde comunicarnos e intercambiar con otros, mediados por el diálogo, y fundamentalmente donde todos tengamos iguales oportunidades y derecho a participar. Desde un principio se trabajó con una lógica de profunda horizontalidad, y queriendo abolir toda lógica de “división del trabajo” entre los que “piensan” y los que “ejecutan”, o entre los que, por su procedencia social, nivel de instrucción y edad se considerarían más “capaces” de escribir, abordar temas, etc., y aquellos que se supondría que “les costaría más”.
¿Creeis que los medios de comunicación convencionales de Argentina recogen por igual las voces de los colectivos más desfavorecidos? ¿Cuál es la razón de este proceder?
En general no ocurre, si lo hacen siempre es desde un lugar de condena o de lástima, las voces reales no están presente ni les interesa, salvo casos aislados, obviamente. La razón es que los medios hegemónicos responden a otras realidades: las del mercado; y en ese sentido Santa Fe es una Ciudad muy conservadora, donde la gente solo quiere ver y escuchar lo que su conciencia tolera, no la realidad.
¿De qué manera la comunicación puede empoderar a los colectivos más desfavorecidos en la sociedad civil? ¿Cuál ha sido el resultado en vuestro caso?
Es que en realidad, los ciudadanos tenemos que saber que nadie nos puede dar un poder que básicamente por ser ciudadanos lo tenemos. El hecho es que ese poder tenemos que conocerlo, a ser ciudadano democrático se aprende. Pero no como un quehacer teórico, sino como un hacer en la práctica misma, en el ejercicio permanente de ciudadanía, que es la demanda, la denuncia, la exigencia de justicia; convencidos que en tanto actores podemos modificar la situación a favor de los que más los necesitan. La comunicación, como el ejercicio de un Derecho, lo que hace es visibilizar situaciones que de otro modo no se conocerían o se conocería un aspecto relativo al interés del que escribe, de allí la necesidad de pluralidad de voces. En nuestro caso hemos modificado a sectores de la sociedad, y hemos conseguido que el gobierno reconociera esas voces, y las considere al momento de tomar algunas decisiones. El principal logro para nosotros es que se considere a los jóvenes que transitan las calles vendiendo la revista como trabajadores. Hasta hace un año atrás eran detenidos y no se les permitía transitar por las calles céntricas.
¿Es indispensable la democratización de la comunicación para conseguir la plena inclusión social de aquellos colectivos en situación de pobreza?
Absolutamente!! La democratización de la comunicación, como idea de recuperar la palabra en diálogo con otros donde poder ir reconstruyendo un relato de nuestras realidades que definen nuestras subjetividades porque nos atraviesan y hasta a veces nos desgarran, es indispensable en contextos de marginalidad y exclusión tan grandes que vacían de identidades a sectores sociales, que no encuentran formas ni canales para nombrarse. En Argentina, con la nueva ley de Medios se ha dado un gran paso, aunque intereses económicos aún impide su pleno ejercicio.