Por Alicia Moreaux
La Nota de Tapa, “Dime dónde andas”, de Anabel Belaus, habla del rol fundamental que tiene el “contexto” en todo lo que hacemos. La nota se fundamenta con aportes de psicólogos que ganaron el Premio Nobel 2003, y con resultados obtenidos en la realización de juegos experimentales, en fin, todos estudios realizados en “laboratorios”, pero luego llevados a estudios de “campo”. La nota es superinteresante y adhiero en todo concepto a la misma.
“Resulta claro que estaría bueno empezar a pensar mejor qué contextos construimos como sociedad (tanto físicos como simbólicos), y en qué marcos participamos como individuos. Lo que traemos de fábrica es sólo una parte de lo que somos y podemos ser. Un entorno común más rico y adecuado puede predisponernos a ser más copados entre nosotros y hasta derribar varios mitos y prejuicios (teléfono para la meritocracia). Los resultados pueden ser muy diferentes y, al final, capaz que por fin entendemos que realmente uno es uno y sus circunstancias.”
Con esta reflexión concluye la nota, y yo me interrogo:
¿En qué contexto estamos criando, educando, formando a los niños del B° San Lorenzo, Arenales, Chalet, por hablar de lo que camino diariamente desde hace muchos años?
Los niños de estos barrios saben el nombre de todas las bandas de delincuentes que viven en su barrio: “Ben Hur”, “los del pasillos”, “los cronos”,etc., antes que el nombre de los próceres que hicieron algo por nuestra Patria.
Las familias de estos barrios, con las escuelas, y con organizaciones que trabajamos en el territorio hacemos redes para evitar que maten a los niños cuando las “banditas” se enfrentan a tiros a cualquier hora de día, y si no me creen lean la nota de la Directora de la Escuela “Pascual Echagüe”, nota que esta en esta misma edición de la revista.
Los adultos estamos en deuda con estas infancias: es el contexto en que crecen estos niños, el barrio, el que no favorece ni estimula al niño, porque según los Derechos de las Niñas y los Niños, se es niño hasta los 18 años.
¿Lo sabían?
Las familias de estos barrios, con las escuelas, y con organizaciones que trabajamos en el territorio hacemos redes para evitar que maten a los niños cuando las “banditas” se enfrentan a tiros a cualquier hora de día, y si no me creen lean la nota de la Directora de la Escuela “Pascual Echagüe”, nota que esta en esta misma edición de la revista.
Los adultos estamos en deuda con estas infancias: es el contexto en que crecen estos niños, el barrio, el que no favorece ni estimula al niño, porque según los Derechos de las Niñas y los Niños, se es niño hasta los 18 años.
¿Lo sabían?
Si lo sabían por qué apoyan toda iniciativa por la “Baja de edad”, por qué no exigen a las autoridades que se hagan responsable de las funciones para las que han sido elegidas por voto popular, por qué no exigir a los políticos la seguridad de las plazas, de las calles, para que la seguridad sea de verdad una realidad para poder jugar con el otro al aire libre.
No es el “regalito” por el Día del Niño el que nos convierte en adultos responsables sino es el amor y la responsabilidad puesta en su crianza lo que nos convierte en adultos responsables.
Como todos los años, al celebrar, sí, celebrar, porque donde hay un niño debe haber una celebración, pido a los adultos que reflexionemos acerca de las infancias que estamos criando. Reflexionemos y actuemos en consecuencia.
Nosotros, como organización que trabaja con Infancias, nos comprometemos todos los días para construir infancias llenas de amor, de juegos, de creatividad, de estímulos y abrazos, pero también necesitamos de un Estado que nos acompañe, porque con los años que llevamos trabajando en el barrio aún no lo vimos. Bueno, en realidad vemos seis u ocho policías en cada cuadra atentos a sus celulares pero ausente de donde están los delicuentes que asolan el barrio y que malogran infancias.
¿Quién defiende a estos niños? Dónde está la Justicia que no obliga a la policía a estar donde debe estar? Por tener ordenes, la policía, de no caminar más allá de la calle Juan Díaz de Solís, es que los delincuentes asolan el resto del barrio, es decir desde allí hasta la calle Arenales. Y sin palabras lo de la Seccional Sub 10.
Es el contexto el que juega un rol fundamental en la vida humana, no lo olvidemos, porque podemos cambiarlo.