Por: Cristina Moreaux / Fotos: José Almeida
10 años atrás la Televisión Pública Danesa emitió una serie por y para los daneses, pero lo que allí sucede, en el palacio de Cristiansborg, de allí el nombre de la serie: Borgen, atrapó la atención de mucha audiencia, al punto de convertirse en el éxito del momento. Elegí hablar con Mariana Steckler, porque representa a casi la totalidad de los temas que toca la serie: periodista, militante feminista, y funcionaria, hoy es la Directora de Radio Nacional de Santa Fe.Cristina: Borgen trata temas como el rol de los medios, de las organizaciones sociales,
y sindicales, el aborto, la prostitución, y como eje del entramado, a mi modo
de ver, están las causas feministas. La serie tiene 10 años. Para la Argentina
son temas tratados en estos últimos años, ¿significa que nuestra agenda
política esta atrasada en estos temas?
Mariana: Borgen es una seria danesa, escandinava. Es la vieja Europa, difícil hacer comparaciones lineales y descontextualizadas. Aún así podríamos citar algunos datos duros que ayudan a dimensionar.
En Argentina elegimos por primera vez a una presidenta mujer, Cristina
Fernández, en 2007, Dinamarca eligió a su primera ministra, Helle
Thorning-Schmidt, en 2011.
En Argentina tenemos Ley de Matrimonio Igualitario desde 2010, Dinamarca
desde 2013.
En Argentina votamos por unanimidad la Ley de Identidad de Género en
2012, Dinamarca hizo lo propio en 2014.
También es cierto que en Dinamarca votan las mujeres desde 1915 y aquí recién
en 1947 con Evita vimos reconocido ese derecho cívico tan trascendente.
La lista podría seguir. Son ejemplos que nos hablan de que la lucha por
la ampliación de derechos es una realidad, con sus matices, en todo el mundo.
La serie danesa también nos muestra que aún en el "primer
mundo" las mujeres debemos lidiar con los prejuicios y los estereotipos. Y
todavía podemos ir más allá, pensar que siendo Argentina un país al que la historia
le pesa por las primeras decisiones de inclusión dentro del mundo y por las repetidas
dictaduras y políticas de gobernantes comprometidos con intereses foráneos e
imperialistas, aún así tenemos leyes progresistas que nos distinguen en Latinoamérica
y en el resto del mundo.
Finalmente, no debemos olvidar que hace años, desde principios del siglo 20, que nuestro país es pródigo en pensamiento y acción feminista.
Cristina: Es verdad que las comparaciones
son casi imposibles de trazar, su sistema de gobierno es Parlamentario pero lo
que resulta impactante es ver el machismo presente en una sociedad
aparentemente más “evolucionada” que la nuestra, inclusive entre sus propios
pares del Partido…
Mariana: Sí, noté ciertas críticas al personaje de la primera ministra en la serie Borgen que resultan válidas de analizar como cuando luego del encuentro sexual con su chofer éste es trasladado (castigado) a otro lugar de menor jerarquía. Pero es notable cómo un hecho logra empañar el resto del contenido argumentativo, como si ese punto no demostrara que efectivamente existen contradicciones, marchas y contramarchas en la vida en general y en la política en particular. Esto hace pensar que miramos con ojos más severos el accionar femenino en el poder. Parecería que la mujer no puede cometer errores, debe ser perfecta aún sin una definición ecuánime o posible de perfección. Las objeciones al poder existen en el accionar de hombres y mujeres, pero el recorrido no es el mismo. La mujer debe dar pruebas de condiciones y rendir exámenes buena parte del tiempo en el que el hombre ya lo está usando para cementar los pisos de su carrera. Ella primero debe probar que vale para llegar, luego para lograr quedarse y más tarde para "merecer" las distinciones que no son dispendiosas de miramientos cuando se las otorgan a los hombres.
Cristina: En Octubre se sancionó
en Santa Fe la Ley de Paridad. Es un hecho importante pero ¿se discute el rol
que va a ocupar la mujer? ¿Qué piensas?
Discutir a priori el rol que ocuparía la mujer sería dar crédito a la meritocracia.
Nunca lo hacemos con el hombre, no se pone en duda cuál será su aporte, desde
qué lugar lo hará, no nos preguntamos si serán competentes. De hecho, en las
sucesivas campañas para incentivar a compartir las tareas domésticas y torcer
el estereotipo cultural que dictamina que las mujeres somos mejores en el
hogar, se le habla al hombre como un par de la mujer, como queriendo despertar
a una persona que en realidad no estaba durmiendo, estaba gozando de
privilegios a costa del 50% de la población.
Si después las mujeres que llegan a espacios de poder o de toma de
decisión no son competentes, será otra cuestión (relativa) y siempre se la
podrá analizar desde la responsabilidad ciudadana a la hora del voto, por ej.
Vemos algunos ejemplos de hombres que cuesta un poco entender cómo llegaron
hasta ahí.
Pero insisto, las mujeres y diversidades necesitamos balancear para
bajar las inequidades, siempre de la mano de la política como herramienta
transformadora de la sociedad.
Cristina: A igual que la serie conservas la fe en la política.
Mariana: Todo es política. ¿Cómo perderle la fe a la vida misma?
Cristina: Gracias, Mariana Steckler.