Por: Rubén Ríos
Calle de tierra donde cae la lluvia, y el camino se hace mierda.
Y se vuelve algo cotidiano aunque no guste nos acostumbramos, al igual que a las balaceras y a los robos en el barrio, y un par de cosas más que no dicen en la radio y no sale en la tele, ni tampoco lo escribe el diario.
Es parte del día a día que se vive en el barrio, las armas retumban, los plomos que zumban… parece un tiro federal.
Acá en el barrio no hay polígonos… los blancos son de verdad, esto es una realidad, gente que sale al trabajo y de la nada recibe un balazo, y en ocasiones no es noticia porque le dio en el brazo.
Una historia más… igual que tantas.
En el barrio cada vez que llueve es una lucha, el agua deja secuelas, el camino se vuelve un pantano, sin veredas y si en la semana se llega a la escuela con barro en la suela.
El camino es el mismo, hoy trabajo y trato de no llegar con barro en lo zapato.
Pasaron 20 años y lo que veo es que los caminos de mi barrio siguen igual de feos y yo sigo festejando como si me dieran un trofeo cada vez que llueve y no me embarro cuando voy al trabajo.
Jamás te quedes, no dejes de insistir, si la lluvia borra la calle construye tu propio camino sobre el pantano.