Santa Fe: La Fundación

Por: Cristina Moreaux


En sus orígenes, la provincia de Santa Fe fue un territorio habitado por grupos de nativos, organizados en tribus: Tobas, Guaraníes, Mocovíes, Pilagás, Guaycurúes, Querandíes, Abipones, Timbúes, Quiloazas, Mocoretás y Corondas. Estos pueblos originarios eran nómades y su economía de supervivencia era la caza, la pesca y la recolección de frutos. El primer asentamiento europeo data del año 1527, en la confluencia de los ríos Carcarañá y Paraná, con la fundación del fuerte de Sancti Spíritu por iniciativa de Sebastián Gaboto. Este fuerte fue destruido por los pueblos originarios como rechazo a la colonización.
Cincuenta años después, por orden del Gobernador de Asunción, Juan de Garay fundó la ciudad de Santa Fe el 15 de noviembre de 1573. La Fundación se realizó en las barrancas del río de los Quiloazas, actualmente Río San Javier. De este modo, Garay fue el primer teniente de Gobernador de Santa Fe, quedando el territorio instituido como Tenencia de Gobierno de Santa Fe.

La ciudad en su antiguo emplazamiento (Cayastá), se edifica en torno a la Plaza de Armas, donde se alzó el rollo, tronco de algarrobo, símbolo de la justicia y el poder real, plantado en el momento de la fundación oficial. Tenía once manzanas de norte a sur y seis de este a oeste y su trazado se hizo en forma de damero; en torno a la Plaza de Armas se distribuían los principales edificios: el Cabildo, la Iglesia Matriz, las iglesias y los conventos de los franciscanos, los dominicos, los mercedarios y los jesuitas; y las calles y solares para los vecinos. Fuera del trazado urbano se repartieron las tierras para las chacras y las estancias. Hoy se conserva la mitad de la Plaza ya que el río la ha cortado en diagonal, el resto está bajo agua al igual que la casa de Garay, el colegio e iglesia de los jesuitas y las iglesias Matriz y San Roque.
Debido a las reiteradas e importantes inundaciones, se resolvió emplazar la ciudad en su lugar actual. Los primeros traslados de pobladores comenzaron a realizarse de manera aislada en 1651, pero debido a las protestas por la decisión, la mudanza se concretó diez años después. En este momento fue que se añadió el calificativo 'de la Vera Cruz' al nombre de Santa Fe.

Entre los numerosos gobernadores que tuvo Santa Fe en su antiguo emplazamiento se destaca Hernando Arias de Saavedra (Hernandarias) considerado como una de las principales figuras de la época en la región del Río de la Plata, además de haber sido el primer gobernador criollo. Fue gobernador en seis oportunidades entre 1592 y 1631 y estaba casado con la hija de Garay, Gerónima de Contreras. En 1651, el Cabildo resuelve el traslado.

La Revolución de los Mancebos


Esta sublevación conocida como la “Revolución de los 7 jefes”, fue instigada por el gobernador de Tucumán, Gonzalo de Abreu, que pretendía una salida al río Paraná para que el Tucumán tenga una salida al mar. Hizo que un grupo de hombres se envalentonaran en ausencia del Teniente Gobernador Juan de Garay (que se hallaba fundando la ciudad de Buenos Aires) y pretendían su destitución y hacerse cargo del gobierno. Los conjurados fueron –hasta hoy conocidos- once hombres de los cuales los más destacados eran: Lázaro de Venialvo, Diego de Leiva, Domingo Romero, Pedro Gallego, Diego Ruiz, Rodrigo Mosquera y Pedro Villalta. La rebelión termino con la muerte de cinco de ellos que fueron ajusticiados en la ciudad de Santa Fe, y los otros dos, Rodrigo Mosquera y Pedro Villalta, lo fueron en Santiago del Estero a manos del gobernador Francisco de Lerma. El resto de los sublevados recibieron penas menores.

Pedro de Vega

Fue el primer maestro del Río de la Plata, quien enseño a leer y a escribir en las dilatadas regiones del Litoral fluvial. Era tan necesaria su presencia en el medio, que el cabildo, en conocimiento que se proponía abandonar la ciudad, resolvió prohibirle, bajo pena de 200 castellanos, salir de Santa Fe en 1577, para que ésta no se quedara sin la única persona que enseñaba a leer y escribir la doctrina cristiana a los niños de corta edad.

Autonomía provincial


Luego se sucederán como hitos históricos la creación del Virreinato del Río de la Plata en 1776 y, finalmente, la Revolución de Mayo en 1810. Sin embargo, Santa Fe continuó dependiendo de Buenos Aires por el Régimen de las Gobernaciones hasta el año 1815 cuando designó a su propio gobernador, Francisco Candioti, luego de una larga lucha para lograr su autonomía.
En 1819, Estanislao López -considerado el Patriarca de la Federación- otorgó la primera constitución de Santa Fe que fue, además, la primera provincia argentina que contó con constitución propia.
Más tarde, Santa Fe fue invadida por el Ejército Grande de Justo José de Urquiza en 1851 y dos años después, durante el mandato de Juan Pablo López, se adoptó una nueva Constitución Nacional.
Luego de la Organización Nacional, la Provincia de Santa Fe vivió un período de armonía, sólo alterada por fuertes contiendas electorales entre las dos corrientes políticas: la federal seguidora de Urquiza y la nacional o liberal seguidora de Mitre.

Patronazgo

De acuerdo a lo recogido por algunos historiadores, ya en 1590, en la primitiva Santa Fe se honraba a San Jerónimo como el Santo Patrono, modalidad que continúa hasta nuestros días y cuya celebración se cumple el 30 de setiembre de cada año.
La Santa Sede reconoció este patronazgo sobre la provincia y la ciudad el 8 de julio de 1949.